Ser feliz no significa tener cero problemas todo el tiempo. Más bien es una mentalidad que te ayuda a afrontarlos bien, además de manejar distintas emociones, incluso las desagradables. Una persona verdaderamente alegre sabe gestionar sus sentimientos.

El 20 de marzo se celebra el Día Internacional de la Felicidad, una iniciativa promovida originalmente por Bután que luego fue aprobada y adoptada por las Naciones Unidas en su resolución del 28 de junio de 2012, que instaba a “integrar la felicidad en las políticas públicas”. Según la Asamblea General de las Naciones Unidas, “los gobiernos y las organizaciones internacionales deben invertir en condiciones que promuevan la felicidad y abogar por el bienestar general y el medio ambiente a través de marcos políticos como los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible”.

Sin embargo, ¿qué es la felicidad?

El pensamiento filosófico se ha planteado esta pregunta innumerables veces a lo largo de la historia. Séneca afirmó en su obra “Sobre la felicidad” que “todos los hombres desean vivir felices”, lo que significa que todos aspiramos a alcanzar este estado del ser y que el primer paso para lograrlo es descubrir su verdadera naturaleza.

Este profundo asunto es una de las razones por las que nació la ética en la antigua Grecia. “El secreto de la felicidad no se encuentra en buscar más, sino en desarrollar la capacidad de disfrutar menos”, dijo Sócrates. Para el filósofo, la felicidad “no proviene de recompensas o reconocimientos externos, sino del éxito interno, ya que reduciendo nuestras necesidades podemos aprender a apreciar los placeres más sencillos”. Según Platón, “la persona que hace depender de sí misma todo lo que conduce a la felicidad ha adoptado el mejor plan para vivir feliz”. Muchos pensadores ilustres a lo largo de la historia han hecho innumerables observaciones sobre este tema.

La Real Academia Española identifica la felicidad como “un estado de grata satisfacción espiritual y física”. También menciona “una persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a crear felicidad”, y en tercer lugar, “la ausencia de problemas u obstáculos”. La psicología ofrece incluso su propia explicación.